Saber qué es y qué no es biomasa dentro de los combustibles utilizados como alternativa a los de origen fósil en los hornos de las cementeras despeja dudas sobre su contribución real al ahorro de emisiones de CO2 y al carácter sostenible de esas medidas. El informe realizado por el Instituto Cerdá para la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Cema) concluye que el 11,2% de los combustibles son alternativos: 3,2% corresponden a biomasa pura, 6% a biomasa parcial y 2% a residuos de origen fósil. Casi el 90% restante es coque de petróleo.
Según el informe, la biomasa pura está compuesta por biomasa forestal, residuos de origen vegetal y derivados; residuos de industrias cárnicas, que incluye harinas cárnicas y grasas animales; y lodos de depuradora de aguas residuales urbanas. Es decir, que solo considerando estas materias, algo menos del 30% de los combustibles alternativos que emplean las fábricas de cemento es biomasa pura. Sin embargo, Dimas Vallina, director gerente de la Fundación Cema, ha señalado a Energías Renovables que “en torno al 30% de lo que consideramos residuos con contenido parcial de biomasa es de origen orgánico”.
Los ecologistas rechazan de plano la quema de neumáticos en cementeras
Los residuos con contenido parcial de biomasa son, entre otros y según el informe, neumáticos fuera de uso, lodos de la industria papelera, combustible preparado a partir del rechazo de plantas de tratamiento de residuos municipales y similares y otros residuos de las industrias del cuero, piel y textil. El salto del 30% al 45% se daría al añadir el tercio de la “biomasa parcial” que comenta Vallina. Sin embargo, las asociaciones ecologistas rechazan de plano la quema en las cementeras de neumáticos y otros desechos contenidos en este apartado de “biomasa parcial”.
Greenpeace, Ecologistas en Acción y numerosas ONG locales denuncian y ponen alegaciones continuamente a las autorizaciones para utilizar este tipo de combustible en las cementeras. Esta misma semana, una planta en Aboño (Asturias) y otra en Toral de los Vados (León) han recibido críticas en este sentido. La Coordinadora Ecoloxista d’Asturies ha pedido al Gobierno del Principado que revoque la autorización de la planta de Aboño. “No lo podemos aceptar por la contaminación que se genera en ese proceso”, comentan desde esta organización, y añaden que “la combustión de los neumáticos genera productos contaminantes, algunos muy perjudiciales para la salud humana, como xileno, hollín, benceno, fenoles, óxidos de plomo y tolueno.
Desde la Fundación Cema, con el estudio del Instituto Cerdá en la mano, contestan que “con la valorización energética de biomasa en instalaciones de producción de cemento se ha evitado la emisión de 375.570 toneladas de CO2 en 2009, equivalentes a la emisión de 122.000 coches en un año”. Dimas Vallina añade que “en estas emisiones no se incluyen las derivadas de impedir que más de medio millón de toneladas de residuos acaben en los vertederos”. La valorización de residuos en las cementeras ha pasado del 5,2% de 2007 al 11,2% en 2009. Aunque está lejos del 22% de media en Europa, Vallina pronostica que en 2010 se habrá alcanzado el 15%.
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