Primero fue en sistema aislado fotovoltaico de 1,6 kW Guinea Bissau y ahora otro de 7,5 kW en Congo. Este último satisface las necesidades eléctricas de una escuela, de una nevera y de un laboratorio con cinco ordenadores. La instalación fotovoltaica cuenta con una capacidad de almacenaje de 30 kilovatios y fue diseñada para asegurar el suministro eléctrico una vez que se ponga el sol.
“El sistema, donado como un proyecto social por Gehrlicher, debe proporcionar luz a la escuela, así como energía suficiente para mantener todo el desarrollo dependiente de la electricidad en el complejo”, explica Francisco Espín, Consejero Delegado de la compañía en España.
La escuela congoleña pertenece a la red que la UNESCO ha desarrollado para la educación de los más pequeños en los países africanos. Con la introducción de electricidad de origen fotovoltaico se intenta facilitar un suministro fiable y continúo donde no llegan las redes de suministro, algo que sucede con mucha frecuencia en África.
Gehrlicher ha adquirido recientemente Solarland, una empresa fotovoltaica canaria, para reforzar su capacidad en el segmento aislado que puede atender esta tecnología. La intención, explica la compañía es “ampliar las actividades de negocio al continente africano en los próximos meses como parte de su estrategia de internacionalización sostenible”.
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