Una información de El Confidencial firmada por Rafael Méndez expone que “el Ministerio para la Transición Ecológica ha preparado el borrador de reglamento general de costas que afecta a grandes empresas en el litoral”. En dicho documento consta que se “permitiría a la polémica papelera de Ence en Pontevedra pedir una prórroga hasta 2032 incluso si pierde en los tribunales la de sesenta años que le concedió Rajoy en 2016”.
La noticia se publicó ayer, el mismo día que cerca de 10.000 personas se manifestaban en Pontevedra y Marín convocadas por la Asociación pola Defensa da Ría (APDR), que exige el abandono de la ría de Pontevedra del principal complejo industrial de la papelera y energética Ence. Aquí cuenta con una planta de biomasa de 35 MW que abastece casi completamente de energía a toda la instalación.
La permanencia o no de Ence en Pontevedra podría no solo afectar a esta planta de biomasa, sino al resto de su negocio bioenergético (el mayor de España, con 255 MW), de ahí el calado de la decisión final. De momento, Ence sigue adelante con una de las instalaciones que elevarán en 46 MW la potencia actual de biomasa eléctrica.
Huelva inicia la última fase de pruebas
Según anuncia la compañía, la planta de 46 MW con biomasa que construye en Huelva “ha iniciado la última fase de pruebas de todos los equipos, ultimando así los preparativos para su puesta en marcha a finales de este año”. Dicha dase se concreta en “energizar la línea y el transformador principal que une la nueva instalación con el parque de alta tensión, a fin de poder conectar la planta a la red eléctrica general”.
Con este paso se probarán todos los equipos, incluida la caldera de biomasa y turbina de vapor, a lo largo los próximos meses. El próximo paso consistirá en “encender la nueva caldera con biomasa y, con el vapor producido, alimentar y sincronizar la turbina que da a la planta una capacidad de exportación a la red de 299.000 MWh, suficientes para las necesidades de consumo eléctrico de más de 55.700 personas”.
Biomasa agrícola y forestal residual
Ence recuerda que para su funcionamiento la nueva planta “consumirá biomasa agrícola y forestal residual procedente de los cultivos agrícolas de los alrededores y del monte onubense”. “De esta forma, contribuirá a reducir las quemas incontroladas en el campo y colaborará en reducir el riesgo de incendios forestales, entre otros beneficios sociales y ambientales”, se afirma en una nota de prensa.
Por último, concluyen que la puesta en marcha de la planta de 46 MW elevará la capacidad instalada del complejo energético onubense de Ence de 91 a 137 MW, ya que ya cuenta con otras dos de 50 y 41 MW, “con lo que también aumentará su capacidad productiva a más de 890.000 MWh anuales”.