Un centenar de ciclistas -informa la oenegé convocante- se han inscrito a la octava Ecomarcha, que este año comienza esta tarde, con una concentración a orillas del Manzanares (y luego cena en Arganzuela), para concluir dos semanas después, el día 28, con un chapuzón en el río Águeda, a su paso por la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo. Allí, la multinacional australiana Berkeley proyecta una mina de uranio que, según la comunidad empresarial salmantina, traerá inversión y empleo a la zona, y, según numerosas organizaciones no gubernamentales, causará un grave impacto ambiental en un territorio cuya mayor riqueza es, precisamente, su medio natural.
Ese es -el uranio en Salamanca- solo un ejemplo de lucha local contra la minería, de las muchas luchas locales que se están desarrollando en diferentes lugares de la península en contra de proyectos mineros que amenazan los territorios, luchas a las que Ecologistas ha querido dedicar el lema de la Ecomarcha de este año: «Sí a la vida, no a la mina». La ruta ciclista -informan los convocantes- partirá así del sureste de Madrid, "donde las canteras a cielo abierto suponen un importante daño ambiental desde hace años, y se dirigirá a Ávila y Salamanca, donde se han articulado plataformas ciudadanas en contra de proyectos mineros, como Stop Uranio y las plataformas contra las minas en sierra de Yemas, sierra de Ávila y valle del Corneja".
Ecologistas en Acción denuncia que "los proyectos mineros suponen una amenaza ambiental de enorme magnitud, que podría suponer la destrucción en los próximos años de decenas de miles de hectáreas de gran valor natural a lo largo de una buena parte de la geografía española".
Según el manifiesto de la propia Ecomarcha, "en el caso de Castilla y León, la comunidad por la que pedalearemos los próximos días, el desarrollo de proyectos mineros se ve favorecido por la despoblación y por los intereses de un Gobierno autonómico dirigido por un partido político que lleva más de treinta años en el poder. Prueba de ello -denuncian los ecologistas- es la aprobación el año pasado por parte de la Junta de una Estrategia de Recursos Minerales que promueve el desarrollo de la minería en la región".
Además de los problemas mineros, la Ecomarcha 2018 también prestará atención a otros problemas sociales y ambientales locales. La defensa del tren regional en Segovia, las macrogranjas en la provincia de Salamanca o la gestión de los residuos en el sureste de Madrid son algunos de ellos.
Sin embargo -matizan desde Ecologistas-, no todas las paradas de esta ruta ciclista están dedicadas a problemas medioambientales: "el disfrute de la naturaleza y la vivencia de formas positivas de gestionar la relación del ser humano con el entorno también son objeto de la Ecomarcha". Según Félix Jiménez, coordinador de la Ecomarcha 2018, "queremos poner en valor la riqueza del patrimonio natural y defenderlo. Para ello, iremos, por ejemplo, a rincones poco conocidos de la Comunidad de Madrid para disfrutar de los valores que todavía conservan las vegas de los ríos Tajuña y Jarama; a la sierra de Guadarrama, para disfrutar de paisajes de alta y media montaña que albergan una flora y fauna emblemáticas; las sierras de la provincia de Ávila o el paisaje de dehesa del sur de Salamanca".
Pistoletazo de salida en Madrid
Esta octava edición de la Ecomarcha es la primera que la ruta ciclista comenzará en Madrid. Aunque el pelotón ecologista no suele hacer paradas en grandes ciudades, en esta ocasión el pistoletazo de salida será en pleno corazón de la ciudad. Para ello, la primera jornada de la Ecomarcha se hará coincidir con una concentración en el río Manzanares en la que se exigirá la apertura de la presa número 9 que ha embalsado casi dos kilómetros del renaturalizado curso fluvial. Terminada la concentración, la Ecomarcha se sumará a la bicifestación contra la contaminación y por la calidad del aire que ha convocado la Coordinadora Ciclista de Madrid, plataforma que reúne a varios colectivos ciclistas y ecologistas de Madrid.
