Morales de Labra recuerda que hace diez meses ya denunció que los altos precios del mercado eléctrico no se justificaban exclusivamente a partir de los costes de los combustibles utilizados para la producción de electricidad. En síntesis, el experto venía a exponer que los precios no se correspondían -como en un mercado eficiente debieran- con el denominado “hueco térmico”, esto es, la parte de la demanda eléctrica que cubren las centrales que utilizan como combustible carbón, gas o fuel.
Ante ello, y tras numerosas denuncias, el gobierno decidió finalmente intervenir, anulando la subasta del 19 de diciembre, una vez que esta ya se había celebrado, para evitar una subida de la luz del 11%. Pues bien, aquella intervención resultó inútil: la situación se está repitiendo, asegura Morales de Labra en su post.
"Hace unos días publicaba un artículo en el que mencionaba esta cuestión, argumentando que la espectacular subida de precios del mercado eléctrico de los últimos meses se debe a la menor producción de renovables; pero no solo a ello, sino también a un deficiente diseño del mercado que otorga a las eléctricas gran poder de fijación de precios", escribe el experto. Y aporta datos para justificar su afirmación, como el gráfico que aparece bajo estas líneas y que muestra la relación entre los huecos térmicos y los precios medios del mercado diario de electricidad de los últimos dos meses.
"Puede observarse claramente –explica Morales de Labra– que los puntos correspondientes a septiembre (naranja) están por encima de los de agosto (azul). De hecho, puede calcularse que, en la zona de coincidencia de entre 9.000 y 13.000 MW de hueco, la diferencia media es superior a 5 €/MWh.
"Tengamos en cuenta que desde que el Gobierno implantó la nueva metodología de cálculo del recibo eléctrico doméstico, en marzo pasado, el precio de este mercado impacta directamente sobre el mismo, suponiendo en la actualidad en torno al 30% del recibo final. En conclusión, que un aumento de 5 €/MWh en un nivel de en torno a 50 €/MWh supone una subida del recibo final del orden del 3%. Más de 1.000 millones de euros anuales para el conjunto del sector que no son imputables a los costes de la producción eléctrica sino a un deficiente diseño del mercado", asegura.
En palabras del experto, esta vez, además, encontramos ejemplos verdaderamente memorables. Y aporta otro gráfico, que compara la contribución a la demanda peninsular de las diferentes tecnologías entre el 29 de agosto y el 29 de septiembre de 2014.
"Puede observarse que, a pesar de que en septiembre la demanda era menor, la menor contribución renovable y la mayor aportación nuclear llevaron a que el hueco térmico de ambos días fuera prácticamente el mismo, ¡y sin embargo el precio tan solo 31 días después resultó ser un 16% superior! (por cierto, el barril de petróleo bajó de precio en el mismo período)", señala Morales de Labra.
En conclusión: las distorsiones del mercado eléctrico son tan notables que no merece sino la denominación de “mercadillo”, asegura. "Esperemos que el Gobierno esta vez intervenga de verdad (ya no lo quedan chivos expiatorios como las subastas eliminadas el año pasado) y de una vez por todas se atreva a modificar radicalmente las reglas de funcionamiento del mercado eléctrico para que el precio que los consumidores pagamos por un servicio esencial dependa, exclusivamente, de los costes de producción del mismo".
Respecto a una posible intervención de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, Morales de Labra la descarta. "Desde julio sabemos que las eléctricas tienen patente de corso en el mercado eléctrico, siempre que no quede acreditada su ´intencionalidad´a la hora de incrementar los precios". (Morales de Labra se refiere a que la CNMC descartó que hubiera habido manipulación en la subasta eléctrica).