Pegaso está siendo desarrollado por los centros tecnológicos IAT (Instituto Andaluz de Tecnología), CATEC (Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales), CITIC (Centro Andaluz de Innovación y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) y CTAER (Centro Tecnológico Avanzado de Energías Renovables), agrupados bajo el consorcio C4T.
Esta semana, los responsables de estos centros han dado a conocer en Málaga, en el marco del III Foro Transfiere, los avances del proyecto, cuyo evocador nombre es el acrónimo de Plataforma aérea Experimental para Gestión Avanzada y Sostenible de la energía a bordo.
Con Pegaso se busca obtener un demostrador de avión solar no tripulado dotado de gestión eficiente de la energía a bordo. La iniciativa ya cuenta con un prototipo en el que se han instalado células fotovoltaicas que servirán para mejorar el sistema de gestión energética y ampliar la autonomía de vuelo. Además, se han desarrollado, y continúan desarrollándose, trabajos referentes a la mejora de la aerodinámica del avión, electrónica embarcada eficiente, integración óptima de los sistemas y la caracterización de la huella ambiental, entre otros.
Ahora, está previsto realizar una campaña de ensayos en vuelo al aire libre con el demostrador, en los que se realizarán pruebas sobre su comportamiento en distintas misiones típicas, así como el grado de eficiencia y fiabilidad del sistema de gestión energética. La iniciativa espera obtener resultados importantes en un plazo aproximado de un año.
El objetivo final es promover tecnologías vinculadas al desarrollo de un vehículo aéreo no tripulado RPAS (Remotely Piloted Aerial System) de mínimo impacto ambiental, aplicando los avances en nuevos materiales, fuentes de energía renovable, microelectrónica, robótica, software o analítica de procesos de gestión, como paso previo al desarrollo de aplicaciones en aeronaves de mayor tamaño.
Nuevo nicho de mercado
Los impulsores del proyecto destacan que se espera una liberalización del sector de los sistemas aéreos no tripulados ligeros de menos de 25 kg en los próximos años, con unas notables previsiones de crecimiento de mercado en este campo, así como del número de aplicaciones vinculadas a los RPAS, y su aplicación a nuevos sistemas embarcados en aeronaves tripuladas.
Entre estas aplicaciones señalan la vigilancia y ayuda en el control y gestión de incendios, vigilancia de espacios naturales, de poblaciones de plantas y animales, de control de cultivos y productos agrícolas y ganaderos, etc.
Los cuatro centros tecnológicos aportarán recursos propios para proseguir con el desarrollo de Peago, si bien solicitan la colaboración y apoyo de las empresas tecnológicas que puedan estar interesadas, dado el gran potencial de aplicación industrial con el que cuenta la iniciativa, para así poderlo explotar comercialmente en el futuro.