fotovoltaica

Energía Sin Fronteras, sencillamente solidarios

0
La energía solar ocupa un lugar preferente en los proyectos de Energía Sin Fronteras (EsF). Está presente en la casi totalidad de los casi 40 proyectos que la ong española, nacida en 2003 de la mano de un grupo de profesionales del sector energético,  ha puesto en marcha o está implementando en algunas de las zonas más pobres del mundo. Más de 300.000 personas se benefician de los resultados de su trabajo.
Energía Sin Fronteras, sencillamente solidarios

“La energía y el agua forman un binomio, son componentes esenciales para el desarrollo y el progreso de los pueblos”, dice José maría Arraiza, presidente de la Junta Directiva de EsF y uno de aquellos catorce pioneros que en marzo de 2013 pusieron en marcha esta Fundación, apostando, desde el primer momento, por el uso de las energías renovables. Porque en aquel momento ya estaba claro que la energía tiene dos caras: hace posible el desarrollo y, sin embargo, es una de las principales causas del deterioro medioambiental que sufrimos. “Por tanto, el acceso a la energía asequible y limpia es indispensable si la meta es reducir la pobreza a la mitad, como se recoge en los Objetivos del Milenio de la ONU para 2015”, subraya Arraiza, que era secretario general de Regulación de Unión Fenosa (hoy Gas Natural) cuando nació la ong.

Más de 200 voluntarios
Carmen Becerril, en aquel momento Directora General de Política Energética y Minas del Ministerio de Economía, es otra de las alma mater de la Fundación, a la que muy pronto se sumaron otros profesionales del sector energético, convencidos, como Arraiza y Becerril, de que el mundo se puede mejorar y decididos, a título personal, a aportar su experiencia y conocimiento a este proyecto de cooperación al desarrollo. Su entusiasmo contagió, luego, a empresas eléctricas, asociaciones e instituciones –tanto del sector energético convencional como del de las renovables– que decidieron apoyar a la ong, integrándose en su Patronato.

Hoy, EsF cuenta con 201 voluntarios. Gracias a su trabajo, y a los fondos aportados por amigos y empresas, EsF ha puesto en servicio a lo largo de este decenio 32 proyectos (ocho más en fase de  ejecución) en 13 países (Perú, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, Senegal, Togo, Benin, Camerún RD. del Congo, India y Camboya). Al mismo tiempo,  ha desarrollado una extensa actividad de análisis y estudios, que le ha llevado a publicar un modelo de electrificación de zonas rurales aisladas –ya experimentado en dos proyectos en el departamento de Alta Verapaz (Guatemala)–,  una Guía de Buenas Prácticas en la Cooperación Internacional y un tratado sobre el Uso Eficiente de la Biomasa. En preparación tiene una propuesta sobre la sostenibilidad de los proyectos de Cooperación.

Además, EsF pone a disposición de otras organizaciones de ayuda al desarrollo todo su  conocimiento y experiencia en infraestructuras de agua y electricidad. Por ejemplo, está colaborando  con la Organización de Estados Iberoamericanos en “Luces para aprender” , un ambicioso proyecto cuyo objetivo es la electrificación de unas 60.000 escuelas en doce países del subcontinente americano. La ong española está absolutamente convencida, además, de la necesidad de la cooperación público-privada para conseguir los Objetivos del Milenio. “En EsF creemos que el mundo empresarial, junto con la sociedad civil, tiene un papel fundamental en la lucha contra la pobreza. Sin su participación no se pueden tener grandes éxitos”, dice Arraiza. ”La crisis económica que atravesamos está haciendo, por otra parte, que disminuyan las aportaciones de los países a la ayuda al desarrollo (España lo ha reducido en casi un 70%), por lo que hay que buscar nuevas vías de financiación”, añade Por esta razón, la ong también está analizando la posibilidad de acudir a la financiación directa de la UE y de otros organismos internacionales.

Proyectos sostenibles
La alimentación energética de una emisora de radio en Sepahua (Perú), para conectar a comunidades aisladas en la selva amazónica, fue el proyecto con el que EsF se estrenó. En el libro que conmemora los diez primeros años de vida de la Fundación (“2003-2013. Energía sin Fronteras. Agua y Energía para la vida”), Carmen Becerril escribe: “Todavía hoy recuerdo la emoción con la que seguíamos las peripecias acaecidas en el viaje de unos paneles solares que saliendo del puerto de Valencia tenían que alcanzar las profundidades de la Amazonía”.

Desde entonces han pasado diez años. Un tiempo en el que la ong ha ido tomando conciencia de que la primera demanda de las comunidades aisladas es el acceso al agua potable, seguida por el acceso a las comunicaciones. “Hemos ido avanzando en una visión más universal que integra agua, comunicaciones y energía en un mismo conjunto. En realidad, el anhelo de tener acceso a la comunicación impulsa el de contar con los recursos energéticos que lo permitan”, explica José María Arraiza.

La sostenibilidad social, económica y técnica de los proyectos que pone en marcha la ong es otra de las claves de su actuación. El objetivo es garantizar que los proyectos vean asegurada su continuidad futura de forma autónoma, sin necesidad de un apoyo permanente de la Fundación. Así, además de un cuidado diseño, cada proyecto va acompañado de una aportación por parte de la comunidad en la que se implementa. “Los habitantes de la comunidad tienen que ser conscientes de que garantizar el funcionamiento de esas nuevas infraestructuras exige contar con una organización  social que respalde su sostenibilidad”, Y esto, como señala Arraiza, solo se consigue con la plena participación local. Por ello, EsF siempre cuenta con una asociación local que actúa de contraparte.

Las comunidades rurales aisladas del África Subsahariana, Centroamérica y la Región Andina son las zonas del globo en las que, preferentemente, trabaja la ong española.  Actualmente, más de 300.000 personas se benefician de sus proyectos, que la ong elige en función de su potencial para impulsar el desarrollo local y su capacidad para enmarcarse en un plan de intervención más amplio en la región, contando, siempre, con contrapartes locales y, en la medida de lo posible, con empresas de la zona.

De Guatemala a África y la India
La electrificación mediante tecnología fotovoltaica de once comunidades rurales aisladas en la municipalidad de Cobán (departamento de Alta Verapaz, Guatemala) es uno de los últimos proyectos desarrollos por EsF. La primera fase del proyecto, financiado por la Agencia Española  de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), la Fundación de Ingenieros ICAI para el Desarrollo y una pequeña aportación de los beneficiarios.ha entrado en servicio este mismo año y ha permitido que cuatro aldeas de la zona, habitada por indígenas mayas – la mayoría desplazados por la guerra de sus lugares de nacimiento– dispongan ahora de luz en sus viviendas y escuelas.

Este proyecto, integrado en el programa MECA de EsF (Modelo de Electrificación de Comunidades Aisladas), va acompañado de la creación de una cooperativa propietaria de las instalaciones e integrada por los propios beneficiarios, que se encargará de gestionar y asegurar el mantenimiento de las instalaciones.. El proyecto Alta Verapaz ha mejorado las condiciones de vida de unas mil personas y tiene previsto ampliarse con una segunda fase, financiada por la Comunidad de Madrid, que  incluye otras 200 instalaciones, repartidas entre cinco comunidades de este municipio.

La electrificación de estas comunidades con energía solar supone un paso esperanzador en el desarrollo de todas ellas, al permitir ampliar las horas escolares, contribuir al incremento de la productividad en determinadas actividades y mejorar la calidad de vida de los beneficiarios. A largo plazo, la intención es dar cobertura de electrificación domiciliaria a las 42 comunidades que componen esta región. La contraparte local es la Familia Marianista de Guatemala (FMG), entidad gestora de un Centro de Formación Integral que proporciona servicios educativos a comunidades próximas. EsF trabaja junto a esta ong desde 2006, desarrollando un programa de electrificación de servicios comunitarios (escuelas, puestos de salud, centros de mujeres, centro de formación profesional) en 26 comunidades.

Camerún: prototipo de mix energético
En Camerún, donde EsF está presente desde 2010, la Fundación está acometiendo, entre otras actuaciones, la electrificación de una granja escuela para agricultura sostenible en Kumbo, al noroeste del país.  En esta granja, integrada por una decena de edificios y gestionada por la organización local Strategic Humanitarian Services (SHUMAS), 55 alumnos y alumnas aprenden  a lo largo de un año técnicas de cultivo sostenible y de especies endémicas. Estos son los alumnos fijos, porque el complejo, que cuenta con residencia para los estudiantes y los profesores además de dos clínicas –una para atender a la población local, otra veterinaria–  programa cursos de corta duración a los que asisten unos 2000 estudiantes tanto hombres como mujeres.

Se trata de un proyecto que EsF está implementando en colaboración con la Fundación Ingenieros ICAI para el Desarrollo en varias fases, con el objetivo de proporcionar un suministro energético sostenible que cubra las necesidades de alumbrado, bombeo de agua, calefacción para la granja de pollos y el accionamiento de motores de molinos de grano. En este proyecto, un verdadero prototipo en las propuestas energéticas de EsF, se ha optado por una combinación de diferentes tecnologías renovables. En la primera fase, que concluye este año, se ha instalado una microcentral hidroeléctrica de 7kW de potencia en un salto de agua próximo a la granja, un bombeo de agua, con un grupo electrógeno de apoyo, y la red de distribución a edificios. La siguiente etapa, que se espera concluya a mediados de 2014, contempla la instalación de dos sistemas fotovoltaicos, junto con mini eólica y colectores solares para agua caliente sanitaria. Esf destaca que el proyecto de Kumbo, además de  mejorar la capacidad operativa de la granja y la calidad de la enseñanza, constituirá un magnífico ejemplo de aplicación de estas tecnologías y un campo de demostración abierto a visitantes de todo el país.

En la ciudad de Vadodara (1,3 millones de habitantes), situada en el estado de Gujarat (India) , la Fundación trabaja desde el año 2006 en la formación de profesionales en energía solar fotovoltaica. Como explica EsF, aunque Gujarat es un estado con un notable índice de industrialización, la zona en la que se desarrolla este proyecto sufre unos niveles de pobreza extrema, con carencia de agua potable, electricidad, escuelas y asistencia médica. El Aula de la Energía puesta en marcha por EsF –con el Xabier Technical Institute como contraparte local–, acoge a 500 alumnos de las cinco castas sociales más bajas, a los que forma como proyectistas, instaladores y operadores de sistemas eléctricos aislados basados en la solar FV.

Son solo tres muestras de cómo Energía sin Fronteras está trasladando a la práctica ese empeño con el que nació hace una década de llevar el agua y la energía allí donde más falta hacen. EsF realiza, además, un seguimiento de todos los proyectos que pone en marcha durante al menos tres años  para verificar su sostenibilidad y constatar que se están consiguiendo los objetivos de desarrollo perseguidos en cada uno de ellos. 

UNEF y ASIT se unen al equipo
En marzo pasado, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) y ESF firmaban un acuerdo de colaboración para establecer un cauce estable de cooperación entre ambas entidades. En virtud del acuerdo, UNEF promocionará y coordinará la participación de sus socios en las actividades de la ong, aportando fondos, materiales o equipos en concepto de donación, y asesorando en el diseño e instalación de los mismos durante la ejecución de los proyectos.

ASIT, la Asociación Solar de la Industria Térmica, también ha dado el paso de apoyar a EsF y a mediados de septiembre sellaba su acuerdo de colaboración con la Fundación. De esta forma, las empresas de ASIT aportarán su buen hacer y saber para mejorar las condiciones de climatización y disponibilidad de agua caliente gracias al calor del sol, permitiendo que allí donde EsF implemente este tipo de actuaciones mejoren notablemente las condiciones de salubridad y se reduzca la deforestación.



Más información:
Energías Renovables nº 125 (octubre 2013) 


Añadir un comentario
Baterías con premio en la gran feria europea del almacenamiento de energía
El jurado de la feria ees (la gran feria europea de las baterías y los sistemas acumuladores de energía) ya ha seleccionado los productos y soluciones innovadoras que aspiran, como finalistas, al gran premio ees 2021. Independientemente de cuál o cuáles sean las candidaturas ganadoras, la sola inclusión en este exquisito grupo VIP constituye todo un éxito para las empresas. A continuación, los diez finalistas 2021 de los ees Award (ees es una de las cuatro ferias que integran el gran evento anual europeo del sector de la energía, The smarter E).