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¿Tienes la potencia contratada que realmente necesitas? 

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A la hora de optimizar la contratación de nuestro suministro eléctrico todos buscamos el precio más favorable para la energía y el mejor trato de nuestro comercializador. Pero también es importante considerar una variable que muchas veces podemos mejorar: el término de potencia. Así lo recomienda Jorge González Cortes, Director Comercial & Marketing de Gesternova en “Solo kilovatios verdes”.
¿Tienes la potencia contratada que realmente necesitas? 

Si hasta ahora el consumo era importante, desde que el Gobierno ha aplicado en su reforma energética una subida cercana al 70% de media al término de potencia, subida que vamos a empezar a notar y de qué manera desde la correspondiente al mes de septiembre, vamos a vernos obligados ya a preocuparnos mucho más por este concepto.

Para los consumidores domésticos, cuya tarifa habitualmente es la 2.0A, por debajo de 10 kW, existe un solo término de potencia (un único coeficiente por el que se multiplica la potencia contratada) independientemente de que se contrate la discriminación horaria y, por tanto, hasta ahora el potencial de ahorro era bajo. Aún así, para quien quiera optimizar la potencia en su hogar existe, en muchísimos casos,  margen para hacerlo.

Debemos calcular la potencia que necesitamos en base a la suma de la que puedan demandar nuestros electrodomésticos en un determinado momento. Se trata de evitar que, como se dice coloquialmente, “salten los plomos”, término que técnicamente se ha quedado anticuado y que en realidad supone que estamos activado el llamado ICP: interruptor que actúa cuando demandamos una potencia superior a la contratada.

Aquí la solución si queremos que esto no ocurra pasa por racionalizar el uso de los electrodomésticos o por aumentar la potencia contratada si nos hemos quedado cortos. Racionalizar el uso de los electrodomésticos es tan sencillo como no hacer uso al mismo tiempo de los dos o tres que más consumen (horno, plancha, lavadora, etc); un mínimo esfuerzo doméstico que puede permitirnos bajar de una potencia contratada de 5,5 kW a 3,3 kW, lo que ahora puede suponer un importante ahorro.

Otra razón para bajar esa potencia contratada puede ser el que en un familia los hijos se hayan emancipado y no se tengan ya las puntas de consumo de energía y demanda de potencia que existían cuando vivían más personas en ese domicilio.

Las posibilidades en el caso descrito están normalizadas y por tanto, debemos contratar la que más nos convenga teniendo en cuenta que el cambio se puede solicitar a través del comercializador sin coste alguno aunque solo una vez al año.

¿Y en tu pyme?
En la siguiente tarifa, la 2.1, con o sin discriminación horaria, y que es propia de locales comerciales y oficinas pequeñas o de casas de tamaño grande, la situación es exacta. Esta tarifa comprende los suministros en baja tensión entre 10kW y 15kW.

La siguiente tarifa de baja tensión tiene tres periodos y se conoce como 3.0A. Es propia de empresas, locales y oficinas con un tamaño mayor pero conectados, como ya se ha dicho, en baja tensión. Accedemos a esta tarifa cuando nuestro suministro cuenta con una potencia igual o superior a 15kW y estamos conectados a una línea de suministro de hasta 1kV.

A partir de esta tarifa, podemos escoger la potencia para cada periodo siempre que lo hagamos igualando o incrementando la del anterior. Siendo los períodos P1, P2 y P3, debemos hacer que la de cada periodo tenga al menos la misma potencia que el anterior, pero nunca menos de 15kW.

La factura ofrece información tanto sobre la potencia contratada como sobre la demandada realmente. La regulación establece que si demandamos menos del 85% de la potencia contratada seremos bonificados y si superamos el 105%, se nos aplicará una penalización. Esta regla aplica para esta y para las sucesivas tarifas.

En esta tarifa de BT y en las de AT (Alta Tensión), en lugar de un interruptor de corte de potencia o ICP, tenemos un maxímetro que registra la potencia máxima demandada. Así podremos calcular si la potencia contratada debe modificarse para adaptarse a nuestro perfil de demanda, algo que no podemos saber exactamente en nuestros hogares.

Suministro en alta tensión
La potencia que contratamos en nuestro suministro de AT puede optimizarse en muchas ocasiones pero lamentablemente son muchas las empresas que se olvidan de vigilar esta variable en sus gastos. Las razones para llevar a cabo esta optimización son varias, pero entre las más comunes están, por una parte, el descenso de nuestra actividad y por tanto de nuestra demanda de potencia y, por otra, la posible desviación al calcular la potencia que nuestra actividad demanda que hicimos cuando comencemos a funcionar.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que aunque el Boletín Eléctrico señala la potencia máxima a contratar, esta siempre puede ser inferior. Además, debemos tener en cuenta que los consumidores adscritos a las  tarifas de alta tensión disponemos de un maxímetro que registra nuestra demanda de potencia, una herramienta que no podemos ignorar.

En el caso de las tarifas de alta tensión, la potencia se puede decidir, cumpliendo siempre con el criterio ascendente que hemos mencionado, en función de nuestras necesidades, pero no está normalizada como en la baja tensión. Es importante tener en cuenta que la regulación establece que a la hora de facturar el término de potencia se ha de bonificar al cliente si este ha demandado una potencia inferior al 85% de la potencia contratada y de penalizarle en caso de demandar una potencia superior al 105% de la potencia contratada.

Para la tarifa de tres periodos 3.1A, con conexión a una línea entre 1kV y 36kV con potencia contratada hasta 450kW podemos escoger la potencia idónea para cada periodo de la manera que mejor nos convenga, siempre que cada periodo cuente con una potencia igual o superior a la del periodo anterior.

Es el  momento de una revisión a fondo
Es aconsejable estudiar al menos un año de consumo para conocer nuestra estacionalidad en la demanda de potencia y ajustarla ligeramente por encima de la potencia máxima demandada en alguno de los periodos horarios. De este modo podemos generar en nuestra factura eléctrica un ahorro adicional al relacionado con los consumos.

Un ejemplo claro y real de la posibilidad de ahorro en el cambio de potencia fue el de un parque comercial cuya potencia contratada en tres periodos era de 450kW, cuando la demanda real de potencia, al carecer prácticamente de actividad, no superaba los 15kW. Desde luego, el ahorro con el cambio fue muy, muy considerable. Tanto como la satisfacción del titular de la instalación cuando se le hizo ver esta posibilidad.

Por último, podemos considerar todo lo anterior para las tarifas de seis periodos en alta tensión. Estas tarifas corresponden a suministros conectados a líneas entre 1kV y 36 kV con potencia contratada en alguno de sus periodos superior a 450kW para la 6.1.

Las sucesivas tarifas 6.X se conectarán a líneas con tensión superior a 36kV independientemente de su potencia contratada. La potencia debe contratarse para cada periodo en orden ascendente e igualmente es aconsejable revisar nuestra factura y comparar la potencia contratada con la que realmente demandamos. En este tipo de suministros el potencial de ahorro en el término de potencia es destacable y no debemos dejar pasar la oportunidad de mejorar los parámetros de contratación.

 

Tags: Ahorro
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