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China–UE: solución “amistosa” para la guerra fotovoltaica

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La Unión Europea y China han llegado a una solución “amistosa” para resolver la disputa sobre los aranceles impuestos a los paneles solares del país asiático, informó ayer el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht. (Incluimos en esta información el reportaje que se ha publicado en el número de julio de Energías Renovables en papel).
China–UE: solución “amistosa” para la guerra fotovoltaica

“Después de semanas de intensas negociaciones, puedo anunciar hoy que estoy satisfecho con la oferta de un compromiso de precio presentada por los exportadores chinos de paneles solares”, señaló De Gucht en un comunicado. El acuerdo alcanzado “es la solución amistosa que buscábamos, tanto la UE como China”. El compromiso de precio alcanzado “estabilizará el mercado europeo de los paneles solares y pondrá fin al daño provocado a la industria europea por las prácticas comerciales desleales” apuntó ayer el comisario, tal y como recoge la agencia Efe.

El acuerdo traerá “un nuevo equilibrio en el mercado europeo de los paneles solares a un nivel de precio sostenible”. El comisario explicó que tiene previsto presentar esta solución para su aprobación por la Comisión Europea, una vez haya consultado a los Estados miembros.

El acuerdo pondrá fin a uno de los mayores conflictos de los últimos años entre los dos bloques comerciales. La Comisión Europea, con el argumento de que el bajo precio de los paneles comerciales procedentes de China suponían competencia desleal y perjudicaban la industria local, decidió, el pasado junio, gravar estos productos, algo que no gustó a las autoridades chinas.

Más del 90% de los paneles solares elaborados en China se venden a otros países. Siete de cada diez se exportan a la Unión Europea, un negocio con un volumen estimado de 21.000 millones de euros.

(Este reportaje se ha publicado en el número de julio de Energías Renovables en papel)

China–UE: la fotovoltaica desata la guerra

A la hora de escribir estas líneas (finales de junio) parece que la sangre no llegará al río. Pero nunca se sabe. El último capítulo de las guerras comerciales que libran prácticamente a diario las grandes potencias lo están escribiendo ahora los paneles fotovoltaicos. La economía globalizada tiene estas cosas. Y la batalla de los paneles muchos matices que vamos a tratar de analizar.

Podrían haber sido las zapatillas deportivas, la ropa, los DVD, los cargadores de móviles, las pilas o los juguetes de los niños. Pero no, han tenido que ser los paneles fotovoltaicos. China es desde hace unos cuantos años la fábrica del mundo. Lo pone en las etiquetas de millones de productos de todo tipo. Y la industria fotovoltaica no es ajena a este fenómeno. Entre los diez mayores fabricantes de módulos fotovoltaicos del mundo hay cinco empresas chinas: Yingli Solar, la primera; Suntech Power, la tercera; JA Solar, la cuarta; Trina Solar, la quinta; y Jinko Solar, la octava. Solo estas cinco empresas suman una capacidad de producción de 9.850 MWp, que es aproximadamente una tercera parte de la potencia FV que se instaló en 2012 en el mundo, según los datos de EurObserv’ER, que publicamos el mes pasado en el Especial Fotovoltaica. Pero la capacidad de producción total de China es mucho mayor. Y según Bruselas duplica la demanda europea y supone 1,5 veces la mundial.

En esta tesitura los precios de los módulos siguen bajando de forma imparable desde hace años. El exceso de capacidad productiva global y los bajos precios de los paneles chinos han hecho desaparecer del mapa a los fabricantes europeos. El argumento de mayor calidad que tratan de esgrimir, como hacen también los tecnólogos norteamericanos y japoneses, no acaba de convencer y China sigue arañando día tras día cuota de mercado. Según la consultora GTM el problema podría agravarse porque los principales fabricantes chinos serían capaces de seguir reduciendo sus precios desde los actuales 0,46 euros/Wp hasta 0,33 en 2015.

La voz de alarma entre las empresas occidentales empezó a oírse hace años, en cuanto percibieron el crecimiento frenético del número de compañías asiáticas y la consolidación de algunas de ellas que se han convertido ya en las mayores del mundo. Acusaban a China de querer controlar el mercado fotovoltaico mundial con prácticas de dumping, vendiendo paneles por debajo de los costes reales de producción, con precios artificialmente bajos, hasta un 88% por debajo de la media de costes, según el comisario europeo de Comercio, Karel de Gucht. Precios con los que no han podido competir muchos fabricantes que ya han tirado la toalla como Q Cells, Solon, Scheuten Solar, Schuco Thin Film, Solar Day o Bosch. Por no hablar de la travesía del desierto en la que se encuentran otros como Solarwatt, Sovello, Schott o la española Isofotón.

Salta la chispa
La guerra comercial entre China y Occidente a cuenta de la fotovoltaica lleva gestándose años. Pero la chispa se encendió en 2012, cuando China reaccionó por vez primera a los aranceles impuestos en octubre de 2011 por Estados Unidos a las importaciones solares chinas, a raíz de una investigación que tiene su origen en una petición realizada por la empresa SolarWorld. En julio de 2012 el Ministerio de Comercio chino anuncia oficialmente que está llevando a cabo una investigación antidumping contra importaciones de polisilicio procedentes de Estados Unidos y de Corea del Sur. La investigación se inició después de que fuera requerida por varias empresas chinas, como LDK Solar y Daqo New Energy.

Ese mismo mes, julio de 2012, entra en escena EU ProSun, que dice representar a una veintena de empresas europeas del sector fotovoltaico, que no dan sus nombres por miedo a represalias comerciales, y que es la cara más beligerante en esta guerra. “Creemos firmemente en el futuro solar de Europa. Por lo tanto, hemos solicitado oficialmente que la Comisión Europea investigue las prácticas de comercio desleal de los fabricantes solares chinos”, decía entonces Milan Nitzschke, presidente de EU ProSun. “Los fabricantes de la UE poseen las mejores tecnologías solares del mundo pero están siendo vencidos en su mercado nacional debido al dumping ilegal de los productos solares chinos por debajo de su coste de producción”.

A finales de mayo de 2013, EU ProSun apremiaba a Bruselas para que actuara rápido. “Europa no puede sucumbir al chantaje”, decía el presidente de EU ProSun, Milan Nitzschke. “Pedimos a la UE que imponga de manera urgente tarifas que reflejen las prácticas ilegales de los fabricantes chinos subsidiados en el mercado europeo, donde venden muy por debajo de sus propios costes de producción”. Según EU ProSun, desde 2010, la industria solar europea ha registrado “enormes pérdidas” y ha tenido que cerrar más de 60 fábricas debido a las importaciones de paneles chinos. Y cifra las subvenciones de Pekín a su industria en 200.000 millones de euros. “Ya se han apoderado de más del 80% del mercado de la UE. Si se permite que el dumping continúe sólo quedará un paso para llegar al 100%”, afirmaba Nitzschke.

La Comisión Europea se muestra decidida a tomar medidas. Y China mueve ficha al máximo nivel para tratar de evitarlas. El domingo 26 de mayo, el primer ministro chino, Li Keqiang, tiene una cita en Berlín con la canciller alemana, Angela Merkel, y hablan entre otras cosas de los paneles fotovoltaicos. Merkel se compromete a mediar en la UE para evitar una guerra comercial con Pekín, consciente de que China es uno de los principales destinos de sus exportaciones.

Pero el 4 de junio la CE aprueba un arancel provisional del 11,8% a los módulos, obleas y células chinos, que entra en vigor dos días más tarde. Una tasa que podría aumentar hasta el 47,6% a partir del próximo 6 de agosto si no se encuentra antes una solución negociada. La reacción china no se hace esperar y el gigante asiático anuncia la puesta en marcha de una investigación sobre el vino europeo por la misma razón esgrimida contra sus paneles fotovoltaicos: posible dumping.

El pacto deseable
Los que conocen bien las tensiones que suelen darse en este tipo de enfrentamientos dicen que no hay nada que temer, que las aguas volverán a su cauce y que los paneles fotovoltaicos (la venta de módulos chinos a la UE  fue en 2011 de 21.000 millones de euros) no pueden estropear un negocio, el de los intercambios comerciales China–UE, que se acercan a los 500.000 millones de euros anuales. Pero también dicen que las armas las carga el diablo. Y que un conflicto menor podría acabar convertido en un auténtico desastre.

En las primeras semanas de junio, tras la entrada en vigor de las tasas arancelarias, la tensión fue en aumento. Bruselas llegó incluso a interponer una denuncia contra Pekín ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en la que China ingresó a finales de 2001. En este tiempo China se ha convertido en el principal proveedor de la UE, a pesar de que surgen numerosos conflictos sobre dumping entre las dos potencias. De hecho, a finales del año pasado la CE mantenía en vigor 48 medidas (un 43% de todas las adoptadas, que se concentran en países asiáticos) para poner bajo control las compras chinas.

Sin embargo, las reuniones de los últimos días parecen haber calmado los ánimos. El ministro de Comercio chino, Gao Huchengla, aseguró el 20 de junio que “las dos partes están haciendo mucho esfuerzo para resolver esta cuestión”. El representante del Gobierno de Pekín se reunió esos días con el comisario europeo de Comercio, el belga Karel De Gucht, en la cita comercial anual que mantienen China y la Unión Europea. Gucht quiere encontrar una solución negociada “lo antes posible”, aunque también cree que “no se resolverá de un día para otro. La buena noticia es que ambas partes se han comprometido para encontrar una solución amistosa”. Desde Bruselas se insiste en que ese posible acuerdo implicaría que el exportador, China, debe elevar el precio del producto para evitar que se le impongan aranceles.

Quién gana y quién pierde
Las instalaciones fotovoltaicas en Europa van a caer en más de 6 GW en el segundo semestre de 2013, de los que 1,3 GW son atribuibles a las medidas antidumping que Europa acordó imponer a los módulos chinos a principios de junio. Así lo cree la consultora IHS. Medidas que, de momento y a expensas de cómo avancen las negociaciones, se concretan en un arancel del 11,8%. Si se cumplen los pronósticos de IHS Europa instalará 11,6 GW en 2013, un 33% menos que en 2012.

“Aunque la Comisión Europea ha abierto una pequeña ventana de esperanza, al dejar los aranceles en el 11,8%  durante 60 días, el desaliento ha cundido”, apunta Ash Sharma, director senior de investigación solar de IHS. “Esta disminución se produce en marcado contraste con el fuerte aumento de los envíos de módulos desde China antes del próximo incremento de las tarifas en agosto”. El estudio indica que Alemania e Italia serán los países más afectados por la caída. En Alemania se instalarán 3 GW menos que en 2012, y en Italia 2 GW menos.

De modo que las medidas para defender la fotovoltaica europea se traducirán en menos fotovoltaica en Europa. Y es que, como en cualquier guerra, parece claro que habrá daños colaterales en el sector fotovoltaico. La CE cree que era necesario tomar medidas contra los precios artificialmente bajos de los paneles chinos, que ponen en riesgo 25.000 puestos de trabajo en Europa. Sin embargo, son muchos los que piensan que China ha sido clave en la bajada de precios, lo que ha permitido alcanzar la paridad de red en las regiones europeas con buena radiación solar. Zonas donde las empresas promotoras e instaladoras ven un filón de trabajo en grandes plantas que podrían construirse sin necesidad de primas o en instalaciones de autoconsumo. La llamada Alianza para la Energía Solar Asequible (Afase) dice representar en Europa a más de 700 compañías del ámbito solar que defienden el libre comercio y se oponen a cualquier medida proteccionista. Afase “lamenta la decisión de la Comisión de ignorar las posiciones de 18 de los 27 Estados miembros que votaron en contra de las medidas y cree que van a dañar seriamente a la industria solar europea”. Y cita al instituto de investigación económica Prognos, que concluye que “unos aranceles del 60% tendrían un coste para la economía europea de hasta 242.000 puestos de trabajo y de 27.000 millones de euros en los próximos tres años”.

Entre los que critican la medida hay organizaciones ecologistas como WWF. Su director de Política Energética, Stephan Singer, decía el mes pasado que “sin duda, el carbón, el petróleo, la energía nuclear y los grupos de presión del gas abrirán botellas de champán para celebrar la decisión de la Comisión que, mientras tanto, se muestra incapaz de frenar los impactos contra la naturaleza de esas fuentes e ignora los altísimos subsidios que reciben los combustibles fósiles. La destrucción de nuevas actividades comerciales limpias y la participación en una guerra comercial con China en tecnologías de energía limpia es lo último que necesitamos”.

Lo mismo piensa Ignacio Mauleón, director del Departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad Rey Juan Carlos. “¿No será que lo que se estaba intentando proteger es a los oligopolios energéticos europeos, preocupados por los avances de la fotovoltaica, y concretamente por el autoconsumo?”, se pregunta. “Esto parece mucho más creíble. De ser así, la noticia de un posible acuerdo China–UE es excelente. El oligopolio energético lo puede todo en España, por ahora, pero en Europa parece claro que no. Si seguimos con la integración europea, más pronto que tarde esto afectará también al sistema eléctrico español”.

Españoles en China
Cosme de Arana preside la Asociación Sino-Española por la Energía y la Sostenibilidad (ASEES). Ingeniero especializado en renovables ha desarrollado gran parte de su carrera en Asia. Tras años de experiencia en proyectos de ingeniería, consultoría e inversión en medio mundo, en 2009 fundó ASEES, y poco después estableció su propia consultora en Hong Kong. “Yo personalmente tengo una opinión contradictoria”, explica a Energías Renovables. “Si pensase que esta medida va a permitir que en España florezca la industria fotovoltaica de fabricación nacional, creería que es muy positivo para el sector y para el país. Pero no tengo claro que esto vaya a ocurrir. Con el marco regulatorio existente en España las instalaciones fotovoltaicas son viables a los precios actuales, es decir, a los precios de los módulos chinos. Si las medidas antidumping no van acompañadas de un programa de fomento de la fotovoltaica en España, o de un marco de autoconsumo favorable que lo haga rentable, los paneles españoles podrían seguir resultando poco rentables o directamente inviables. En el peor escenario, seguirían sin resolverse los problemas de la industria española y sólo serviría para frenar aún más las instalaciones”.

A Cosme de Arana también le resulta “desconcertante que la primera respuesta china se haya dirigido contra intereses del sur de Europa (el vino), cuando es la industria alemana la que sale más fortalecida de las medidas de la UE y la menos afectada por las contramedidas chinas. Si la UE hubiese decidido realmente lanzarse a una guerra comercial con China, habrían puesto muchos más aranceles, no sólo a la fotovoltaica, y no parece que eso vaya a ocurrir”.

El presidente de ASEES espera que se alcance un acuerdo antes del 6 de agosto que evite la subida de los aranceles al 47,6% y se resuelva el problema en otra dirección. “La postura de ASEES es siempre la búsqueda de oportunidades de colaboración entre España y China, salvando las barreras que nos separan, y buscando soluciones a los conflictos de intereses que surgen inevitablemente”. Los colaboradores chinos de ASEES hablan de la necesidad de que la industria fotovoltaica china encuentre nuevos mercados emergentes. Y citan a Japón, el sudeste asiático y África. Otra de las alternativas que se barajan es la instalación de centros de producción de empresas chinas en terceros países.

Hablan las empresas

– Yingli Solar
La primera compañía fotovoltaica de China y del mundo habla de contradicciones entre la decisión de la Comisión Europea y el sentir de los Estados miembros. “Observamos con pesar que la CE insiste en imponer aranceles antidumping preliminares en productos de energía solar procedentes de China a pesar de la masiva oposición de los Estados miembros”, señala Liansheng Miao, presidente y consejero delegado de Yingli. “Unas tasas punitivas,  no importa en qué nivel, conducirán inevitablemente a precios más elevados en los productos solares causando como mínimo el estancamiento de la industria solar europea. Por este motivo, animamos a una pronta reanudación de las conversaciones entre China y la Comisión Europea”.

Yingli Solar presta atención a un detalle: esta tasa se gravará no sólo sobre las importaciones de productos solares originarios de China sino también a las importaciones solares procedentes de otros países pero embarcadas desde China. Al inicio de la investigación antidumping, únicamente se definió a productos solares de origen chino.

– Trina Solar
Otra de las grandes, Trina Solar, habla por boca de su presidente en Europa, Ben Hill. “Es una decisión equivocada para Europa y 23 de los 27 Estados de la UE han expresado claramente que ellos no aprueban la imposición de aranceles. Trina Solar está en desacuerdo con las conclusiones de la CE, nosotros no hemos hecho dumping en el mercado europeo, si se entiende por dumping vender productos por debajo de su coste”.

Para Hill, “la decisión de la CE ddañará irreversiblemente la industria solar europea. Esta guerra comercial está en contra de los intereses de toda la cadena de valor de la industria solar global. Obviamente pensamos en el futuro y tenemos planes para el segundo semestre. Y mantenemos nuestro compromiso de servir a nuestros clientes y socios europeos, donde tenemos una reputación por la alta calidad de nuestros productos y servicios. Sabemos de las negociaciones para lograr un acuerdo. Trina da la bienvenida a cualquier oportunidad que suponga un diálogo constructivo y seguirá tomando todas las medidas necesarias para cooperar con las autoridades en ambos lados”.

– Innovosolar
Fuentes del fabricante chino Innovosolar, que contaron con inversores de fondos europeos, creen que “los dos próximos meses las cosas pueden ir bien a pesar de la decisión europea porque el mercado chino está empezando ahora a responder. Pero la energía solar pertenece a todas las personas del mundo. Es estúpido tratar de bloquear a los fabricantes chinos si lo que buscan es un chivo expiatorio para su recesión económica. Se han equivocado”.

– REC
La multinacional noruega, que presume de ser el mayor proveedor europeo de paneles, cree que la tendencia positiva que supone el afianzamiento del autoconsumo en Europa “podría retrasarse si se imponen los impuestos provisionales antidumping sobre las importaciones de energía solar de China”. El vicepresidente de Ventas y Márketing, Luc Graré, dice que “Europa seguirá siendo el mercado de energía solar más grande a nivel mundial en 2013. REC está percibiendo ya cómo están creciendo en nuestro continente los nuevos modelos de negocio, sin la necesidad de usar las tarifas incentivadoras, al igual que las instalaciones de autoconsumo para uso comercial, lo que demuestra que la energía solar ya es competitiva comparada con otras fuentes de electricidad. Esa tendencia positiva podría retrasarse si se imponen los impuestos provisionales antidumping sobre las importaciones de energía solar de China, dado que los precios de mercado para los paneles solares ya están en aumento”. Según Graré, “aunque los productos de REC no se ven afectados por las investigaciones antidumping de la Unión Europea, estamos en contra de los impuestos de importación y apoyamos una competencia abierta y justa”.

– Enertis Solar
En opinión de esta empresa española especializada en servicios de consultoría e ingeniería en el sector fotovoltaico, “si bien la imposición de aranceles puede parecer un alivio para la industria europea fabricante de módulos, obleas o células (principalmente la alemana), el resto de la cadena de valor del sector fotovoltaico notará sus efectos debido a que el precio de los módulos mantendrá la tendencia al alza que lleva en los últimos meses, derivada entre otras cosas de la inseguridad generada ante el anuncio de la aplicación de estas medidas, agregando incertidumbre y haciendo más proyectos inviables”.
En el caso de España, explica Enertis, “el problema no pasa por dificultar la entrada de producto exterior, sino por que exista una reglamentación interna clara, que no perjudique al sector renovable tanto en el autoconsumo como en otras tipologías de plantas, ausente ya desde hace tres años”.

En términos de precio, “los módulos españoles actualmente quedan muy lejos del precio del módulo chino incluso con un arancel del 11% o del 40%. Para dar precios competitivos muchos fabricantes han utilizado célula importada china, que estaría sujeta también a los aranceles. Aunque existen alterativas en el mercado mundial a la célula china, como es el caso de Taiwan o India, el precio es en torno a un 12% superior en estos momentos. Una medida como la anunciada por la CE implicará una mayor demanda de estas otras células asiáticas, produciendo el subsiguiente aumento de precio en el mercado mundial. Además la medida tendrá un efecto negativo en España en otros segmentos del sector fotovoltaico, como los fabricantes de inversores, empresas especialistas en construcción de plantas, instaladores eléctricos, etc, cuyo mercado objetivo internacional se verá reducido sin lugar a dudas, añadiendo un elemento adicional a su ya complicada situación, a pesar de ser estas empresas españolas exportadoras y referentes dentro del mercado mundial fotovoltaico”.

– EPIA
La Asociación Europea de la Industria Solar apunta que “es importante recordar que la decisión final sobre las medidas antidumping no será definitiva hasta el próximo mes de diciembre y que los aranceles definitivos, si los hay, serán decididos por el Consejo europeo, con representación de los 27 Estados miembros”.

EPIA ha mantenido una posición neutral en este tema y “anima a todos los actores gubernamentales y de la industria a garantizar una competencia justa respetando las normas de la OMC y a abordar los debates antes de que se generen conflictos comerciales en el futuro”. EPIA está convencido de que, “cualquiera que sea el resultado de este caso, las perspectivas para la energía solar a medio y largo plazo, en Europa y en todo el mundo, siguen siendo sólidas y jugará un papel clave en la necesaria recuperación económica”.

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internete
¿Soy yo el único que veo una mano negra-negra como el petróleo y el carbón zombies detrás de estas nuevas leyes propuestas para frenar a las renovables? No se... Lo que si que sé, es que probablemente no soy el único que veo que toda esta PATALETA de gobiernos y eléctricas sucias, es el penúltimo suspiro de la industria caducada y macerante... Acaben con su propia agonía... ¡TERMINEN DE MORIRSE DE UNA VEZ! (Lo digo por supuesto POR SU PROPIO BIEN...)
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