El fotobiorreactor ideado y desarrollado por el grupo de Investigación de Procesado y Pirólisis de Polímeros de la Universidad de Alicante es “fácilmente escalable a mayores producciones y ha suscitado el interés de empresas tanto españolas como extranjeras del sector de la biotecnología”, explican en una nota de prensa desde la universidad alicantina. El director del grupo, Antonio Marcilla, explica que la novedad del fotobiorreactor en comparación con otros ya existentes radica en que “permite una gran productividad, menores operaciones de limpieza y mantenimiento, mejor aprovechamiento del CO2 y mejor transferencia de la luz al cultivo”.
En la misma universidad, en colaboración con la empresa Biofuel Systems, ya se desarrolló en 2007 un sistema de cultivo de microalgas mediante la captación de CO2 a tiempo real. Ahora, la nueva tecnología presentada pretende “subsanar las dificultades o inconvenientes que se han presentado a lo largo de los años con el uso de otros sistemas de cultivos similares”, señalan desde el campus. Marcilla añade que “el tema del cultivo de microalgas tiene un auge muy importante a nivel de investigación en los últimos quince años como energía alternativa al uso del petróleo, pero el coste de producción para fines energéticos está todavía lejos de lo que sería un proceso rentable comparable con el del petróleo".
Los investigadores no pierden la esperanza en que llegue el momento de dar el salto comercial, en especial por las empresas europeas y estadounidenses interesadas en su progreso. La variedad de destinos de la biomasa algal potencia este interés, ya que además de producir biocombustibles se puede emplear para lograr otras sustancias de gran valor industrial en distintos sectores, como el agroalimentario, el farmacéutico o el cosmético. “En función de la especie cultivada se pueden obtener antibióticos, ácidos grasos poliinsaturados, enzimas, proteínas, vitaminas, triglicéridos o antioxidantes”, recuerdan desde la Universidad de Alicante.