“Acciona, entre otros grandes productores de energía con biomasa, se ha interesado por nuestro analizador de humedad, que ya ha demostrado su eficacia en España en los sectores de la alimentación (leche en polvo, cereales, harinas…) y el tabaco”. Pedro Navarro, director comercial de Anisol, la empresa que distribuye en España este sistema de la compañía MoistTech (EEUU), recuerda que estos analizadores están pensados para plantas de tamaño medio-grande, ya que su precio (15.000 euros) “ofrece seguras rentabilidades en este tipo de centrales”. “Si predices el grado de humedad, el rendimiento térmico de la caldera será mayor”, apostilla Navarro. La generación de analizadores de proceso IR3000 para la medida en línea de humedad en biomasa está basada en el principio de absorción en el infrarrojo cercano (NIR) sin contacto con la muestra.
En la información referida de Bioenergy International y Expobioenergía añaden que, en el futuro, este tipo de sistemas (NIR, rayos X, radio frecuencia y espectroscopia de microondas) también los podrán adquirir las plantas pequeñas. De momento, en la península Ibérica, según Anisol, solo una planta de biomasa instalada en una papelera en Portugal dispone ya del IR3000, además de otras en el resto de Europa y Estados Unidos. En estas instalaciones, añaden, ya conocen sus ventajas: “rapidez en el análisis (hasta 15.000 medidas por segundo), que conlleva una mayor estabilidad de análisis; no posee consumibles, teniendo así un mantenimiento casi nulo; la fuente de luz es de bajo consumo comparado con los analizadores convencionales; no se ve influenciado por la luz ambiente, natural o artificial; y posee una óptica simple junto con una electrónica mejorada”.
Instalado en una banda transportadora, tolva o tubería de transporte neumático
El equipo está diseñado para ser instalado directamente sobre una banda transportadora, una tolva o en una tubería de transporte neumático de forma que no entre en contacto con el producto de análisis. El IR3000 es capaz de analizar el producto sólido en movimiento. Anisol suministra soluciones de análisis en continuo para la industria (química, petroquímica, alimentación y farmacéutica) y no es la primera vez que trabaja en el sector de la bioenergía. “También contamos con equipos que controlan el oxígeno presente en las calderas de biomasa, para que la ratio oxígeno-biocombustible optimice la combustión; y otros vinculados a la fermentación de cereales en plantas de bioetanol y la separación de glicerina y esteres en las de biodiésel”, comenta Navarro.
Controlar y evitar la humedad excesiva en las plantas de biomasa es un reto tecnológico que cada vez obtiene mejores respuestas. El pasado mes de mayo, la compañía valenciana Grupo Vento informó del desarrollo de varios tipos de secaderos que permiten reducir los altos porcentajes de humedad que presentan diferentes biocombustibles (residuos forestales, orujo de aceituna, cáscara de almendra, bagazo de cerveza, orujo y granilla de uva…), para aumentar su poder calorífico. Meses antes, fue la compañía finlandesa MHG Systems, especializada en diseño de software de gestión para bioenergía, quien presentó una nueva función de su servicio que estima la humedad de la biomasa almacenada que permite calcular con exactitud el grado de humedad y el valor de la materia prima.
