Deepak Gupta, exsecretario del Ministerio de Energías Nuevas y Renovables de la India, inspeccionó la plantación de EPPI durante su gestión y afirma a IPS que “las pequeñas centrales que funcionan con biomasa son ideales para suministrar electricidad localmente, así como para crear empleos, propiciar la regeneración natural y proveer a industrias cercanas”. “Una planta de este tipo es la respuesta a las necesidades locales de India”, remata Gupta. Dicha planta tiene una potencia de 2 MW y emplea el sistema de gasificación de biomasa, más eficiente que la combustión directa del biocombustible.
El suministro de la central se realiza a través de una plantación (propiedad también de EPPI) en tierras degradadas con reservas de agua que permiten el riego por goteo. Abarca 120 hectáreas, en las que crecen árboles de siete especies de ciclo corto (Melia dubai, Ailanthus excelsa, Albizia lebbeck, Dalbergia sissoo, Hardwickia binata, Casia saimea y Leucena leucocephala) que cuentan con el aval del Instituto de Ciencia y Tecnología de la Madera del Ministerio de Medio Ambiente y Bosques de la India. Es en estos bosques cultivados donde trabajan 65 mujeres, que les permite compaginar esta labor con el pastoreo de cabras en tierras cercanas.
La planta podría ampliarse a 6 MW y contar con tierras arrendadas para la biomasa
El salario no llega a los 2,5 euros al día (150 rupias) por más de media jornada de trabajo, aunque en la empresa aseguran que este horario les permite compaginarlo con otras responsabilidades familiares y laborales. Sam Venkatesan, director de EPPI, señala a IPS otros beneficios indirectos de la planta, como “la mejora del microclima de la región gracias a la regeneración de la biodiversidad”. La planta, que funciona también como proyecto piloto de cara a su réplica en otras comunidades, ha servido para descubrir que “un pequeño bosque de este tamaño puede alimentar varias de las torres de transmisión de telefonía celular del área -añade Venaktesan-, que actualmente consumen el 2% del diésel subsidiado de India, así que es un ahorro enorme”.
EPPI recibió cuatro millones de dólares como capital de riesgo para iniciar la construcción de la planta, para la que ya hay planes de ampliación hasta 6 MW y posibilidades de arrendar otros bosques con el objetivo de explotar la madera como biocombustible. La empresa cuenta con los permisos para verter la energía en la red eléctrica nacional de lndia, pero ha optado por brindar ese suministro a aldeas cercanas a sus tierras. "No podemos garantizar electricidad a cada hogar porque no controlamos la red, pero sin duda esto garantizará el beneficio local. Para nosotros, la inclusión social no es solo responsabilidad corporativa, sino también nuestro modelo empresarial", afirma Venkatesan.
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