La carta, a la que ha tenido acceso Energías Renovables, se envió a Merkel al día siguiente de que el Consejo de Ministros alemán aprobase el plan para reducir la tarifa fotovoltaica y fue rubricada por asociaciones solares de Polonia, Suecia, Holanda, Italia, Austria, Gran Bretaña, Eslovenia, Grecia, Croacia, Portugal, Bulgaria, Eslovaquia, Francia, Estados Unidos y España. Por nuestro país el firmante es ASIF, la Asociación de la Industria Fotovoltaica.
En la carta se recuerda a la canciller que el “Energiewende”, el compromiso de Alemania con un futuro energético cuyo pilar son las energías renovables, es una actuación aplaudida por la industria fotovoltaica mundial por “su coraje, visión y liderazgo” al dar ese paso, y que las políticas que han convertido a Alemania en líder mundial en instalaciones fotovoltaicas han servido de inspiración a muchos países para aumentar su apuesta no solo por la energía solar, sino también por incrementar la capacidad de otras fuentes renovables.
No a los recortes
Ante la posibilidad de un cambio de rumbo, los firmantes de la carta dicen estar “profundamente preocupados por la propuesta de los Ministros Rösler y Röettgen (economía y medio ambiente) para reducir drásticamente las primas fotovoltaicas”. De la misma manera, afirman su apoyo a la reducción paulatina de las tarifas para que se produzca la competitividad, pero dudan que la actual propuesta sea la adecuada. Los recortes equivaldrían a una reducción de entre el 25 y el 38% a lo largo del año 2012.
El ministerio alemán de Medio Ambiente hizo público a finales de febrero un comunicado en el que anunciaba que un primer recorte sería entre el 20 y el 30% y se produciría el 9 de marzo de 2012, según el acuerdo alcanzado con el ministerio de Economía. Posteriormente, a partir del 1 de mayo, se aplicaría una regresión mensual de 0,15 céntimos de euros el kWh. Las tarifas serán distintas dependiendo de la potencia de la instalación hasta los 10 MW. Por encima de esa potencia no cobrarán ninguna prima.
Estos acuerdos se explican en un proyecto de ley que tiene que ser aprobado por el Parlamento alemán. El debate del legislativo está programado para este mes de marzo. El ministro de Medio Ambiente, Norbert Röettgen, ha justificado la medida en la necesidad de controlar el costo vinculado a las nuevas instalaciones y de proteger la estabilidad de la red eléctrica. El año pasado Alemania instaló 7,5 GW fotovoltaicos, más del doble de la previsión del gobierno, que ahora quiere limitar el cupo entre 2,5 y 3,5 GW.
Los planes del gobierno han sido criticados por tres motivos. Incluyen la posibilidad de modificar las primas sin la aprobación del Parlamento, lo que en la práctica sería una pérdida de poder del legislativo; se generaría una situación de inseguridad para los inversores; y es una amenaza para 130.000 empleos vinculados a la industria fotovoltaica.
La comunidad internacional observa
En la carta enviada a Angela Merkel se recuerda que la aceptación de la energía solar es abrumadora, se califica de éxito su implantación descentralizada y se valora la integración eficiente que Alemania ha hecho a la red de grandes cantidades de energía de origen solar. Por todo ello, “dada la importancia del mercado alemán y de sus políticas, que sirven como modelo para otros países, le instamos a reconsiderar las recomendaciones de los Ministros”. Le sugerimos revisar el proyecto para permitir a la fotovoltaica seguir creciendo de acuerdo al mandado del “Energiewende”.