Naciones de todo el mundo negocian estos días, en Durban (Suráfrica), el régimen legal climático del futuro. O sea, que están decidiendo si prorrogar o no el Protocolo de Kioto, si reforzar sus compromisos o hacerlos más laxos, si empezar o no a abrirle paso a un nuevo acuerdo multinacional, si debe ser más o menos vinculante, si debe vincular a quién, a qué países, a qué sectores, en qué medida... Las negociaciones comenzaron la semana pasada y van a continuar durante toda esta y en presencia de medios de comunicación de todo el mundo y asimismo de organizaciones sociales de muy diverso cuño. Así, sindicatos, oenegés de ayuda al desarrollo, asociaciones ecologistas, de consumidores, multinacionales, organizaciones empresariales...
Pues bien, Greenpeace ha presentado hoy en Durban el documento "Vendiendo el clima. Doce contra uno", un documento en el que la organización ecologista pone nombre y apellidos a los doce directivos más sucios (The Dirty Dozen) y señala los vínculos que mantienen con las delegaciones de diferentes países. Según Greenpeace, "no existen barreras técnicas ni económicas para abordar la lucha contra el cambio climático, el único obstáculo que hay que superar es el lobby de este pequeño (pero enormemente influyente) grupo de empresas". Según el director ejecutivo de esta organización, Kumi Naidoo, "es momento de que los gobiernos que estén dispuestos a salvar el clima se distancien de estas empresas si no quieren llevar a sus espaldas los millones de muertes que puede causar el cambio climático si no lo detenemos a tiempo".
En el documento que acaba de publicar Greenpeace con motivo de la Cumbre del Clima de Durban –"La presión de la industria contaminante, ¿quién nos impide avanzar?"–, Naidoo asegura que “nuestra investigación demuestra, más allá de las dudas razonables, que existe un grupo formado por las compañías más contaminantes y más poderosas del mundo que ejercen una gran influencia en el proceso climático internacional, limitando sus avances en función de sus intereses económicos particulares. Greenpeace hace un llamamiento a los líderes políticos que tienen la responsabilidad de proteger la economía y el medio ambiente de todos para que, en Durban, escuchen a la gente y no a la industria más contaminante”.
La docena de ejecutivos sucios (véase "Doce contra uno") está compuesta por Jorma Ollilo, presidente de Royal Dutch Shell; Lorraine Mitchell, director ejecutivo de Shell Canadá; David Collyer, presidente de la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo; Thomas Donohue, presidente y director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos; Lakshmi Mittal, presidente y director ejecutivo de ArcelorMittal; Jürgen R. Thumann, presidente de BusinessEurope; David y Charles Koch, Koch Industries; Marius Kloppers, director ejecutivo de BHP Billiton; Kurt Bock, presidente de la Junta de Directores Ejecutivos de BASF; Jean-Guy Carrier, secretario general de la Cámara de Comercio Internacional; Jack N Gerard, presidente del American Petroleum Institute; y Brian Dames, director ejecutivo de Eskom.
Según Greenpeace, las compañías que forman parte de este grupo realizan o han realizado de forma directa o indirecta, a través de sus grupos de presión, alguna de las siguientes actividades:
• Presión en Japón contra el segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto.
• Debilitar la legislación climática en Canadá.
• Debilitar la legislación climática en la Unión Europea, incluido el objetivo de reducción de emisiones para 2020 del 30%.
• Debilitar la legislación climática y energética de Estados Unidos.
• Trabajar por un mayor acceso de las empresas que les permita influir en el diseño del acuerdo climático internacional (mediante sus asociaciones comerciales como el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible y la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo).
• Campaña contra el impuesto del carbono en Australia, se espera que consigan más de un 94% de deducción por sus emisiones.
• Campaña para que Suráfrica siga dependiendo del carbón y campaña contra el impuesto del carbono.
Más información
Negociando con el clima. Demandas de Greenpeace para la cumbre de Durban