Claudio Míguez, profesor colaborador del Instituto Universitario de Ciencias Ambientales de la Universidad Complutense de Madrid, demostrará, tras cinco años de funcionamiento, la viabilidad comercial de una planta de generación de energía eléctrica con biomasa procedente de los residuos industriales de la fabricación de puertas, compuestos por dos tipos diferentes: serrín y trozos de tablero. La planta está gestionada por la Asociación de Fabricantes de Puertas y Afines y se ubica en Villacañas (Toledo).
La versatilidad de las diferentes biomasas de procedencia forestal e industrial es precisamente uno de los temas que se abordarán durante la séptima jornada Logística, preparación y suministro de biomasa para usos energéticos. Expectativas vs Realidades, que organiza el próximo 1 de diciembre la Asociación Española de Gestores de Biomasas de Madera Recuperadas (Aserma). La cita será en el Auditorium AXA de Barcelona, y cuenta como patrocinadores con el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), el Fondo Europeo de Desarrollo Regional de la UE, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y la Confederación Española de Empresarios de la Madera (Confemadera).
La hibridación es extrapolable a otras plantas de biomasa
Tanto Aserma como el propio Míguez entienden que las adaptaciones realizadas en la planta de Villacañas para poder admitir diferentes tipos de biomasa son extrapolables a otras centrales similares, siempre que no estén excesivamente limitadas técnicamente a un solo combustible que complique la hibridación. Se trata de una experiencia satisfactoria en el campo de la biomasa residual de una industria maderera, pero otro de los ponentes que estará presente en la jornada de Aserma, Xavier Elías, director de la Bolsa de Subproductos del Consell General de Cambres de Comerç de Catalunya, planteará los problemas derivados de la biomasa forestal “virgen”, la que no deriva de industrias intermedias.
“Hay que hacer un esfuerzo para que la biomasa forestal, ya troceada y razonablemente seca no llegue a casa del usuario a un precio energético superior al combustible de referencia que, a escala industrial, es el coque de petróleo”, afirma Elías. Él mismo echa los cálculos: “coque de petroleo: 150 €/t, poder calorífico: 9.300 kWh/t y precio energetico: 0,016 €/kWh. Si para la biomasa forestal se estima un PCI de 4.070 kWh/t, el precio debería ser, como máximo, de 65 €/t. No obstante, a este precio hay que restarle una cantidad por limpieza, trituracion y, sobre todo, secado; todo ello requiere una infraestructura que, de momento, no existe en nuestro país”.
En lo que todos estarán de acuerdo a la hora de exponer sus ponencias en Barcelona es que la biomasa de madera residual cuenta con fuentes de suministro estables y materia prima de calidad. La presencia de representantes de empresas implicadas en toda la cadena de valor (productores y procesadores de biomasa forestal, fabricantes de biocombustibles, instaladores de calderas y productores de energía), además de aportaciones desde el lado de la investigación, ayudarán a conocer mejor esas posibilidades.
Más información:
www.aserma.org
