El presidente de ASIF estima que “el nuevo Plan de Energías Renovables 2011-2020 ratifica el frenazo a la energía fotovoltaica en España: sólo otorga a la tecnología un objetivo al final de la década de 7.250 MW (inferior al objetivo de 8.673 MW incluido en el Plan de Acción de Energías Renovables 2011-2020, remitido el año pasado a Bruselas) y no aborda con decisión el efecto del autoconsumo, al que se refiere de un modo difuso”.
Las previsiones del PER para la solar fotovoltaica suponen pasar de una potencia de 3.787 MW y una generación bruta sin normalizar de 6.279 GWh en 2010 a 5.416 MW y 9.060 GWh en 2015, para concluir en 2020 con 7.250 MW de potencia y 12.356 GWh de generación. Dicho de otra manera, en diez años se instalarían 3.463 MW, menos de 400 MW anuales. Se tarta de unos cupos ya conocidos y que el sector ha estimado insuficientes desde que fueron impuestos por el Ministerio de Industria.
“En cuanto a los costes”, dice textualmente el PER, “es previsible que se mantengan los descensos recientes, si bien, no con la misma intensidad. Según los estudios realizados se prevé un descenso en los costes de inversión desde el rango de 2,5 €/W a 3,0 €/W en 2010 hasta un rango de entre 1,1 €/W a 1,3 €/W en 2020”. A estas apreciaciones ha respondido Javier Anta que “las estimaciones de costes que el PER plantea ya están superadas por la evolución de la tecnología, por lo que augura que la producción eléctrica solar será directamente rentable bastantes años más tarde de lo que ocurrirá en realidad”.
Afortunadamente, asegura el presidente de ASIF, “la fotovoltaica ha superado con creces todos los planes que se han hecho, de modo que espero que en esta ocasión ocurra lo mismo; no creo que vayamos a perder la oportunidad que tenemos de exportar electricidad fotovoltaica al resto del continente europeo, ni que vayamos a condenar a los consumidores a comprar la electricidad a otros cuando se la pueden producir ellos mismos de un modo más barato y eficiente”.