El Partido Republicano no olvida que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió a Solyndra durante una visita a sus instalaciones como ejemplo de apuesta por las energías renovables. Y ha convertido en pelea política de primera magnitud aquella lisonja y la concesión en 2009 de una garantía de préstamo a bajo interés de hasta 535 millones de dólares (unos 390 millones de euros) dentro del programa de estímulo económico de la administración Obama a las energías renovables.
Dos años después de aquel préstamo, en septiembre de 2011, Solyndra se declaró en bancarrota y despidió a 1.100 trabajadores. La compañía justificó estas medidas en la caída del precio de los panales solares en el mercado. (Ver Energías Renovables)
Por 14 votos a favor y 9 en contra, la comisión de Energía y Comercio del Congreso ha pedido a la Casa Blanca más documentación sobre el caso. Es la primera vez que la Cámara Baja decide una actuación de este tipo. La medida llega después de que la Casa Blanca haya entregado más de 900 páginas de documentos en las que se prueba que el crédito concedido a Solyndra fue una “decisión basada en el mérito”, según recoge un comunicado difundido por el portavoz de la Casa Blanca, Eric Schultz.
Los republicanos piensan todo lo contrario, que la garantía para conceder el préstamo pudo estar relacionado con que el principal inversionista de Solyndra tenga vínculos con una de las personas que donó fondos a la campaña de las presidenciales de Obama. El republicano Fred Upton, ha afirmado que “hemos establecido que altos funcionarios de la Casa Blanca conocían la existencia del préstamo y que empelados del departamento de energía sufrieron presiones para aprobarlo”.
En las últimas semanas han dimitido el director ejecutivo de Solyndra, Brian Harrison, y el director del programa de préstamos federales en el Departamento de Energía, Jonathan Silver.