El G-20 acordó en 2009 eliminar los subsidios que "fomentan el consumo excesivo, reducen nuestra seguridad energética, y además impiden la inversión en fuentes de energía limpias, socavando los esfuerzos para hacer frente a la amenaza del cambio climático". Sí, eso acordó el G-20 en 2009. Lo cierto sin embargo es que, según los datos que acaba de difundir la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los subsidios a los combustibles fósiles ascendieron en el año 2010 a 409.000 millones de dólares, "casi 110.000 millones más que en 2009".
La OCDE acaba de presentar el Primer Inventario de "Apoyo presupuestario y en impuestos a los combustibles fósiles". El documento, que incluye información detallada sobre más de 250 mecanismos de apoyo a la producción de combustibles fósiles y su uso en países de la OCDE, quiere abarcar en futuras ediciones más países y más mecanismos de apoyo. De momento, en todo caso, el Inventario cubre 24 países, que representan aproximadamente el 95% del total de suministro de energía primaria de la OCDE y muestra que el 54% de las medidas de apoyo fueron hacia el petróleo.
Análisis necesarios para guiar el proceso de revocación de las ayudas
En general, el apoyo a la producción de combustibles fósiles y su consumo en los países de la OCDE fue de entre 45 y 75.000 millones de dólares al año entre 2005 y 2010. Según el secretario general de la OCDE, Angel Gurría, para reducir hasta su desaparición esos subsidios a los combustibles fósiles "necesitamos programas bien focalizados, transparentes y con plazos definidos que ayuden a los hogares con menos recursos y a los trabajadores del sector de la energía fósil, que podrían verse afectados en el corto plazo". Gurría cree que "los análisis de la OCDE y la AIE pueden ayudar a guíar el proceso".
Precisamente la Agencia Internacional de la Energía, AIE, publicará un trabajo –en el World Energy Outlook 2011 que será lanzado el próximo nueve de noviembre– en el que demuestra que la eliminación de los subsidios a los combustibles fósiles, "si está bien ejecutada, puede generar importantes ventajas de cara a la seguridad económica, el ahorro de energía, las energias renovables y, por supuesto, enormes beneficios ambientales". Afortunadamente, según Maria Van der Hoeven, directora ejecutiva de la AIE, en lo que a la eliminación de esos subsidios se refiere hay "algunas señales de progreso".
Desde comienzos del año pasado
Así, apunta Van der Hoeven, casi la mitad de los países identificados por la AIE que vienen reduciendo artificialmente el precio de la energía por debajo del costo total de la oferta han tomado medidas desde comienzos de 2010 para racionalizar los precios de la energía: "si bien esto es un comienzo alentador, aún queda mucho trabajo por hacer a fin de lograr la extensión de los beneficios. Es crucial que los países cumplan con sus compromisos mediante la aplicación de reformas que esten bien diseñados y sean duraderas", ha dicho la directora ejecutiva de la AIE.
Algunas de las estrategias que los gobiernos están utilizando para eliminar los subsidios a los combustibles fósiles han sido revisadas por la OCDE y analizadas por la AIE, que consideran fundamental la transparencia; el contar con el apoyo financiero necesario (para la reestructuración económica y sistemas de ayuda a las familias más necesitadas y a los grupos mas vulnerables); y, por fin, el integrar las reformas a los subsidios de los combustibles fósiles, que son en general estructurales, con otras reformas que puedan ayudar a incrementar el apoyo a las propias reformas, sobre todo cuando el dinero ahorrado se utiliza para beneficiar a la población en general. [En la imagen, vertido en la playa de Manganui, Nueva Zelanda, donde acaba de accidentarse el carguero Rena].
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