El proyecto, de carácter divulgativo, ha sido presentado hoy en el Forum IBM y plantea, entre otras cosas, un futuro en el que las pilas con gran autonomía son una realidad; las renovables, la principal fuente de electricidad; y los coches eléctricos, capaces de almacenar energía para verter a la red en los momentos de mayor demanda. En definitiva, un contexto de ciudades inteligentes donde se alcanzan importantes ahorros de energía y bajas emisiones contaminantes.
En este sentido, el director de IBM para España, Grecia, Portugal e Israel, Juan Antonio Zufiria, ha señalado que "las ciudades consumen el 75% de toda la energía eléctrica, emiten el 80% de los gases de efecto invernadero y utilizan más del 60% del agua potable existente, por lo que se hace necesario construir urbes más sostenibles, ecológicas e integradas, o el progreso será insostenible”.
Seis jóvenes ingenieros, de los cerca de cuarenta que han participado en el concurso, se han encargado de desarrollar la programación que permite dar vida a una especie de réplica simulada de la Smart City de Málaga, con la que a partir de ahora IBM podrá mostrar de manera permanente algunos de los sistemas en los que trabaja, así como la integración del vehículo eléctrico en un escenario presente, a corto plazo y en un futuro a largo plazo.
2.500 horas de trabajo
El equipo formado por alumnos, técnicos de IBM y expertos en energías renovables ha trabajado durante más de 2.500 horas para reflejar de forma visual las características de funcionamiento de los vehículos eléctricos y la necesidad de la tecnología, incluyendo diferentes áreas -residencial, oficinas, estaciones de servicio y zonas industriales-, distintos tipos de generación -solar, eólica, combustibles fósiles- y vehículos con motor eléctrico y de combustión.
El desarrollo de las pilas de combustible, los sistemas de gestión de la energía y la implantación de las fuentes limpias son la clave para pasar de un modelo energético en el que predominan los combustibles fósiles, las gasolineras y los coches tradicionales, a un sistema basado en el aprovechamiento de la energía eólica y solar, fundamentalmente, y donde el vehículo eléctrico es capaz de almacenar energía y volcarla a la red en horas de máxima demanda.
La implantación de las pilas llevará asimismo a la desaparición de las gasolineras, que serán sustituidas por electrolineras capaces de ofrecer cargas rápidas o el intercambio de batería, y de generar beneficios mediante la venta de energía a la propia red de suministro y la carga cuando esta es más barata. “Para lograr todo esto, la implantación de las renovables será un elemento clave”, señala Álvaro Sánchez Miralles, profesor de ICAI, ya que –añade– “serán usadas para su carga y para que el vehículo aporte beneficios a la red como instrumento de almacenaje”.
Experiencia de IBM en I+D
En concreto, IBM ha participado aportando la experiencia desarrollada en varias iniciativas de investigación con el propósito de avanzar en el desarrollo de tecnologías más inteligentes que estimulen la adopción y uso del vehículo eléctrico. Un ejemplo es el Proyecto Battery 500, puesto en marcha en Almaden (California), y cuyo objetivo es incrementar la autonomía de los vehículos eléctricos hasta los 750 kilómetros, así como su labor de investigación en la implantación de redes eléctricas inteligentes que faciliten infraestructuras para la recarga del coche eléctrico.
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