En las palabras de Javier Anta subyace el tema de déficit tarifario, un asunto recurrente para los máximos responsables de algunas compañías eléctricas que han manifestado reiteradamente su oposición a la tecnología fotovoltaica. Las críticas no tienen en cuenta que cuanto mayor es la inversión mayor es el retorno que se obtiene y en consecuencia son más los beneficios que se aportan al Producto Interior Bruto. Beneficios directos como el pago de impuestos y de cuotas a la seguridad social, o indirectos como puestos de trabajo, beneficios empresariales, reducción de emisiones contaminantes o disminución de la dependencia energética (cada 10 dólares que sube el precio del barril de petróleo el sobrecoste para España es de 6.000 millones de euros). Teniendo en cuenta estos factores, entre otros, Eduardo Collado, director técnico de ASIF, ha calculado que si España siguiera el modelo italiano, que prevé la instalación de 23 GW hasta el año 2016, “seguramente el incremento en el kWh sería de 1 céntimo de euro”.
Gran capacidad industrial
El déficit tarifario ha sido uno de los asuntos, que no el único, abordado por ASIF durante la presentación hoy de su Informe Anual 2011, al que ha llamado “Hacia el crecimiento sostenido de la fotovoltaica en España”, en alusión a los altibajos que ha experimentado el mercado nacional como resultado de los cambios regulatorios registrados en los últimos cuatro años.
Los cambios legislativos, que según el sector fotovoltaico han acabado con la seguridad jurídica, han provocado que los fabricantes españoles busquen su supervivencia fuera de España. Los datos, elaborados por la consultora eclareon para ASIF, indican que en 2010 la industria fotovoltaica española exportó más del 70% de su producción y cubrió el 60% de la demanda nacional.
La fabricación de módulos creció un 160% (de 269 MW a 699 MW, de los que se exportaron 467 MW) y la de inversores un 490% (de 271 MW a 1.330 MW, de los que se exportaron 1.153 MW). Son dos ejemplos del incremento de una capacidad industrial que, sin embargo, está explotada aproximadamente tan solo al 50%.
El auge del mercado global explica los buenos resultados de la industria española de componentes, mientras que la reducción dictada por el gobierno desde otoño de 2008 sobre la potencia autorizada en España está en el fondo de que no se haya corregido la estructura laboral del sector fotovoltaico en nuestro país. En 2008 se generaron 41.700 empleos (directos e indirectos) que se redujeron a 13.900 en 2009 y a 13.700 en 2010. La estimación de 2011 son 12.100.
Las habichuelas están fuera
Los datos de la Comisión Nacional de Energía (CNE) indican que en 2009 se instalaron en España 17 MW fotovoltaicos y que en 2010 fueron 392 MW. Es una subida brutal: un 2.305% que se explica por el hundimiento que se produjo en 2009, cuando se pasó a 17 MW desde los casi 2.500 instalados en 2008.
“Entre 2009 y 2010 el Gobierno adjudicó 979 MW, de los que no se han instalado ni la mitad”, asegura ASIF. “Aunque una parte relevante de la potencia adjudicada durante 2010 se debería instalar en este 2011, la desconfianza generada por las normas retroactivas aprobadas a finales del año pasado y la mala situación financiera lo están impidiendo: numerosos proyectos inscritos en el Registro de Preasignación de Retribución no están consiguiendo el capital necesario para su ejecución”.
Esta situación explicaría que las empresas españolas hayan intensificado su salida hacia el exterior, donde el mercado creció un 132% conectando 16.700 MW. Entre los países destacados están varios integrantes de la Unión Europea, donde la fotovoltaica superó a la eólica como primera fuente de energía renovable del continente: Alemania (7.408 MW), Italia (2.321 MW), República Checa (1.490 MW), Francia (719 MW) y Bélgica (424 MW) fueron los más pujantes.
En otras latitudes se ha experimentado un crecimiento muy importante:
Australia cuadruplicó su mercado (de 79 MW a 320 MW) y China lo duplicó (de 228 MW a 520 MW), al igual que Japón (de 483 MW a 990 MW), EE UU (de 447 MW a 878 MW) o Canadá (de 62 MW a 105 MW). La tendencia para los próximos años es claramente ascendente en estos y otros mercados, como India o México, cuyas políticas de fomento de la tecnología solar comienzan a dar los primeros frutos.
Un futuro poco alentador
Para el ejercicio 2011 las perspectivas no mejoran en el plano nacional. A la escasa fuerza del mercado, hay que sumar las limitaciones horarias con derecho a percibir la prima equivalente que estableció el Real Decreto-Ley 14/2010. “Comenzarán a aplicarse en otoño y supondrán la sustracción de un 30% de los ingresos generados por la producción eléctrica”, afirma ASIF. El gobierno se enfrenta a las denuncias presentadas ante el Tribunal Constitucional contra ese RD-Ley, pero sin duda pasará mucho tiempo antes de que el alto tribunal se pronuncie sobre un asunto que en otoño menguará las percepciones de los productores poniendo en peligro para muchos de ellos la satisfacción de las deudas contraídas con las entidades financieras.
Para ASIF una puerta abierta al desarrollo podría ser “la próxima aprobación del Real Decreto de conexión a red de instalaciones de pequeña potencia, que simplifica sensiblemente la tramitación administrativa y abre la puerta a la elaboración de una normativa sobre autoconsumo”. Respecto a este tema, ASIF reclama que la futura normativa contenga un tratamiento del autoconsumo basado en el balance neto de energía calculado anualmente. “Ello permitirá a la fotovoltaica desplegar sus virtudes de generación distribuida y de fuente de energía indispensable para cumplir la Directiva 2010/31/UE, que obliga a los edificios nuevos y a los que sufran reformas importantes a autoabastecerse con fuentes renovables”.
A pesar de las dificultades Javier Anta ha querido ser optimista al afirmar que la "industria fotovoltaica es como un balón bien hinchado que intentan sumergir en el mar, siempre saldrá a flote".
Más información:
www.asif.org
