El reciente informe del OSE cita a su vez otros (Informe de evaluación intermedia de la aplicación del Plan de Acción Comunitario para la Biodiversidad, de la UE, y Prospectiva medioambiental para el 2030, de la OCDE) que expresan preocupación ante la ampliación prevista de cultivos destinados a la producción de biomasa y el impacto que puedan tener sobre la biodiversidad de la UE si no se dan las salvaguardias ambientales adecuadas. Entre ellos está el riesgo de invasión de especies exóticas destinadas a producir todo tipo de biocombustibles.
Aunque casi ninguna se utiliza todavía a escala comercial en Europa, el OSE avisa que varias de las plantas propuestas para cultivo energético son invasoras en algún lugar del mundo. Pone como ejemplo a Arundo donax, una especie de caña catalogada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una de las 100 especies invasoras más peligrosas del mundo. Sin embargo, según el OSE, el verdadero riesgo vendría de otras que ya están en proceso de investigación y con plantaciones piloto.
Cuidado con jatrofa, sorgo, tabaco moruno y eucalipto, entre otros
El informe recuerda que en los últimos años se llevan a cabo varios programas con el fin de investigar la producción de cultivos de alto rendimiento, y añade que “la situación entraña un serio riesgo medioambiental ya que algunos de los géneros y especies investigadas son invasores”. A continuación cita como ejemplo, entre otros, al tabaco moruno, la jatrofa, el sorgo y varias especies de pasto, eucalipto, paulonia y chopo. Por último, recuerda que “en el marco de estas investigaciones también se están utilizando organismos genéticamente modificados (OGM) para mejorar la productividad de varias especies en términos de productividad energética”.
El pasado año, organismos como la UICN y el Comité Permanente del Convenio para la Conservación de la Vida Silvestre y Hábitats Naturales de Europa (más conocido como Convenio de Berna) alertaron sobre la misma cuestión y sobre el impacto negativo que tendrían en la biodiversidad y los ecosistemas naturales sin estar estrictamente controlado. Así es como dicen tenerlo (“estrictamente controlado”) empresas y administraciones en regiones como la Comunidad Valenciana, donde se planta tabaco moruno para producir distintos tipos de biocombustibles, tanto sólidos como líquidos.
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www.sostenibilidad-es.org
