El pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso común que dirigió a los nuevos embajadores de Siria, Moldavia, Guinea Ecuatorial, Belice, Ghana y Nueza Zelanda ante la Santa Sede, que ayer le presentaron sus cartas credenciales y ante los que mostró una vez más su preocupación por el medio ambiente, según informa EFE. El Papa afirmó que el primer semestre de este año ha estado marcado por innumerables tragedias que han golpeado a la naturaleza, a la tecnología y a las personas (terremoto, tsunami y emergencia nuclear en Japón e inundaciones en numerosas partes del mundo, especialmente) y añadió que, ante la magnitud de esos desastres, el ser humano "debe reflexionar".
Según Benedicto XVI, "el hombre, a quien Dios ha confiado la administración de la naturaleza, no puede estar dominado por la tecnología y convertirse en un objeto, y esa conciencia debe llevar a los estados a reflexionar juntos sobre el futuro a corto plazo del planeta". El pontífice, que aseguró que la ecología "es un imperativo", exhortó a los estados –informa EFE– a adoptar modos de vida que respeten el medio ambiente y a potenciar la investigación y explotación de energías limpias que preserven la naturaleza y sean "inofensivas" para los seres humanos, "que deben ser la prioridad política y económica".
Ratzinger dijo que también hay que reflexionar sobre el "puesto justo" que corresponde a la tecnología, "ya que las hazañas de sus capacidades van de la mano con los desastres sociales y ecológicos". A este respecto, dijo que sólo hay que ver los "daños" del progreso y los peligros que "una técnica todopoderosa y sin control" plantea a la humanidad. Según el pontífice, la técnica que domina al hombre le priva de su humanidad, le desarraiga de la tierra y empobrece su propia identidad", por lo cual es necesario de manera "urgente" combinar la tecnología con una fuerte dimensión ética.