Tres de estas construcciones en desuso han sido adecuadas recientemente -informa Gas Natural- para facilitar que se reproduzca y se refugie en ellas fauna salvaje, como, por ejemplo, lechuzas, mochuelos, chovas piquirrojas y diversas especies de murciélagos. Las tres casetas de transformadores en las que se ha actuado se hallan en los términos municipales de Uña (foto) y Villalba de la Sierra (Cuenca) y Navas de Riofrío (Segovia) y en cada una de ellas se han instalado unos veinte nidales para aves y refugios para murciélagos. El investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales Guillermo Blanco actúa como asesor científico del proyecto.
Edificaciones fuera de uso
Según el secretario general de Grefa, Fernando Garcés, las edificaciones fuera de uso existentes en zonas de hábitats naturales, seminaturales e incluso habitados por el hombre abren magníficas posibilidades para crear puntos de biodiversidad: "así lo estamos haciendo desde hace años en los silos agrícolas para crear colonias de cernícalo primilla, un pequeño halcón migrador amenazado, y hemos empezado a hacerlo ahora para otras muchas especies en las casetas de transformadores".
El proyecto nace de la observación por parte de los naturalistas de Grefa de que ciertas especies utilizaban ya espontáneamente las casetas de transformadores en desuso como hábitat de cría y refugio. "El objetivo del proyecto -explica Garcés- es facilitar este proceso de modo que cada año se rehabiliten para la fauna varias casetas, de modo que podamos así tejer en el territorio toda una red de puntos de biodiversidad".
Señas de identidad
Creada en 1981, la organización no gubernamental Grefa (tiene 2.400 socios) ha atendido desde entonces a más de 60.000 animales en su Hospital de Fauna Salvaje de Majadahonda (Madrid), que presume de ser "el más grande y de más actividad de Europa en su especialidad". Grefa se ha consolidado también como referencia internacional gracias a sus proyectos destinados a la generación de biodiversidad, con especial atención a la fauna autóctona con más problemas de conservación, a través de un extenso catálogo de acciones, como la cría en cautividad, la reintroducción o el reforzamiento de poblaciones silvestres, seguimiento vía satélite y vigilancia de nidos.